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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Rafael Florez


Rafael Flórez Ochoa, decano de Educación de la Universidad de Antioquia, considera que el maestro debe liberarse de los fetiches del alfabeto y las tablas de multiplicar 
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II Congreso Nacional De Educacion
El Maestro Debe Ser Un Auxiliar
O Un Amigo De Expresión Libre

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La enseñabilidad es una característica derivada del estatuto epistemológico de cada ciencia o disciplina referida a sus rasgos de racionalidad y de sintaxis, de contenido teórico y experiencias, que distingue el abordaje de sus problemas y condiciona específicamente la manera como cada disciplina puede o debe enseñarse .
La reflexión fue hecha por Rafael  Flórez Ochoa, Consultor del Consejo Nacional de Acreditación y del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, en su conferencia "Modelos Pedagógicos y Enseñabilidad de la Ciencias", dictada en el marco del II Congreso Nacional de Educación.
 Para Flórez Ochoa, la enseñabilidad responde a la pregunta sobre por qué las matemáticas requieren enseñarse de manera diferente a la historia.
Naturalmente, entender por qué y cómo una ciencia requiere de una enseñanza particular no es la solución todavía de los problemas pedagógico-didácticos sin la cual la enseñanza no puede realizarse. El diseño didáctico para una materia específica requiere fundamentarse en al menos tres dominios de conocimiento imprescindibles: condiciones de enseñabilidad de cada disciplina; enfoque o teoría pedagógica que inspirará el proceso y la  identificación y descripción de las condiciones sico-socio-culturales que enmarcan la mentalidad del alumno respecto de su aprendizaje de la materia y su formación
 Ninguno de estos tres dominios de conocimiento puede confundirse con el otro, ni puede ser ignorado por el maestro cuando se propone diseñar didácticamente la enseñanza de una disciplina o saber particular con miras a la formación de sus alumnos.  Igualmente destacó Flórez Ochoa, que no habrá enseñanza verdaderamente formativa si el profesor experto en una disciplina no se ocupa y reflexiona al menos intuitivamente sobre qué se propone con su enseñanza, cómo es que sus alumnos crecen y avanzan en su formación, cuáles serán las reglas que presidan su relación con los alumnos, cuáles experiencias y contenidos son más importantes para su desarrollo y con qué técnicas es mejor enseñar cada contenido según su especificidad. He aquí el enfoque o dominio pedagógico imprescindible para la buena enseñanza.
Y tampoco habrá verdadera enseñanza mientras el profesor no se dirija a sus alumnos concretos, mientras no se ocupe de ellos, de sus ideas previas sobre el tema de la enseñanza, de sus expectativas de aprendizaje y de formación, de sus experiencias previas,  sus obstáculos y prejuicios epistemológicos respecto de la materia, de sus intereses y motivaciones vitales, individuales, sociales y profesionales. El profesor no enseña a entes abstractos sino a personas individuales, el que aprende no es un sujeto universal, el aprendizaje es concreto y subjetivo, y se subordina a cada acción mental individual del alumno. Su reconocimiento configura un tercer dominio sobre las condiciones de aprendizaje específicas del alumno que permitirían al profesor planear y diseñar su estrategia didáctica.
La enseñabilidad de una disciplina se deriva no sólo de las condiciones de comunicación que regula la interacción entre los especialistas de la misma comunidad científica sino sobre todo de las características propias de su rigor , de su racionalidad, de su secuencia y su lógica interna, de las reglas que constituyen la sintaxis de sus proposiciones, de sus grados y niveles de epistemologización, de su lenguaje empírico, en fín, de todos aquellos rasgos que caracterizan la disciplina y a la vez condicionan, matizan y sugieren el orden, el énfasis, el abordaje y el contenido sustancial y prioritario que provocan la curiosidad y el interés formativo del pedagogo desde la estructura científica misma objeto de enseñanza. Por esto el pedagogo no podrá formular una didáctica pertinente y específica mientras no domine la ciencia que pretende enseñar.
 Considera Flórez Ochoa  que luego de ser identificadas las condiciones de enseñabilidad propias de una disciplina por parte del pedagogo (y a la vez experto en la disciplina) él ejercerá su dominio pedagógico.
CLASES DE MODELOS PEDAGÓGICOS SEGÚN RAFAEL FLOREZ
CONCEPTO DE MODELOS PEDAGÓGICOS
Rafael Flórez deriva hermenéuticamente el concepto de modelos pedagógicos: afirma, son “categorías descriptivo – explicativas, auxiliares para la estructuración teórica de la pedagogía”, que toman sentido solo contextualizadas históricamente.
COMPONENTES
Cada modelo pedagògico muestra la manera como se interelacionan los criterios META educativa, MÉTODO, RELACIÓN MAESTRO-ALUMNO, caracterìsticas del DESARROLLO en el individuo y CONTENIDOS curriculares, como se muestra en cada uno de los modelos.
CLASES DE MODELOS PEDAGÓGICOS
Florez estudió los textos de autores de corrientes pedagógicas consideradas por el contemporáneas, identificó y definió la estructura pedagógica subyacente a cada una de ellas, y a partir de un análisis hermenéutico, interrelacionando los parámetros: metas, relación profesor- alumno, contenidos de aprendizaje, métodos y procedimientos docentes y desarrollo cognoscitivo, clasifica los modelos pedagógicos en: tradicional, conductista, romántico,  desarrollista socialista, cuyas características se muestran a continuación.



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              http://www.joaquinparis.edu.co/DATA/MODELOS/PAGINAS/RAFAEL.htm



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